jueves, 23 de junio de 2011

Yamaha Teneré High Country Test

Primer video de una serie de 5 de un documental de 50 minutos sobre unos mendas que se dan una vuelta off-road por Australia.


Al final de cada video sale un botón para ir a la siguiente parte.

Rumbo al puente colgante de Holzarte

Hace un par de fines de semana quedé con unos amigos para ir a Larrau, en el Pirineo francés, a ver el puente colgante de Holzarte. En principio íbamos a ir todos en coche, pero como éramos 6 y había que llevar 2 coches, decidí ir yo en moto. Y vaya que si acerté, ya que las carreteras por las que pasamos eran una gozada.

Salimos a las 10 de la mañana, y sin parar, vía Lumbier y Ochagavía, a Francia subiendo por el puerto de Larrau y primera parada a los pies del Ori (2017 m), donde se ven unas vistas preciosas del Prepirineo navarro:





Y, por supuesto, el Ori:



De ahí, descenso típico del lado francés, donde los desniveles son mucho más pronunciados que en el lado español, hasta pasar el pueblo de Larrau, cerca del cual está la senda que lleva al puente colgante.



Ahí donde dejé la moto empieza la senda, casi todo el rato al lado del río, en cuesta continua, pero con unos paisajes idílicos:





Hasta llegar al primer puente, donde empezaba la cuesta arriba de verdad:







Después de la parte más complicada del recorrido, se sale del bosque al sol, que pegaba de justicia:









Y ya por fin, se divisa de lejos el puente colgante, y la garganta sobre la que reposa:





Y ya que estábamos ahí, había que cruzar el puente:





Aunque no lo recomiendo para gente con vértigo. Esto es lo que se ve desde en medio del puente:



Tras la caminata de vuelta, parada a reponer fuerzas cerca de Larrau, y de ahí, a tomar la parte más divertida del día, la subida al Col de Soulon, que lleva desde unos kms después de Larrau hasta la estación de esquí de La Pierre Saint Martin, frecuentada por muchos vascos y navarros, ya que es la estación de esquí más cercana. Como los del coche iban algo lentos con las curvas, al empezar el puerto les adelanté para subir el puerto en solitario (17/18 kms de curvas continuas), y ¡vaya si lo gocé! Creo que voy a repetir este puerto muchas más veces, porque había muy poco tráfico y, como digo, la carretera una gozada.

Al llegar arriba saqué una foto, pero fue la última, ya que el móvil se quedó sin batería inmediatamente después de sacarla:



Tras un rato esperando a los "enlatados", nos dirigimos hacia la Venta de Juan Pito (una venta en el puerto de Belagua, que es el que da acceso a La Pierre Saint Martin desde Navarra) a comernos unas migas y unas alubias, pero desgraciamente estaba cerrado, ya que una vez acabada la temporada de esquí, suelen cerrar un mes por vacaciones antes del verano. Mientras pensábamos qué hacer, apareció por ahí el actor Gabino Diego, con el que estuvimos charlando un rato. Muy majo el hombre, parece igual de gracioso que en los papeles de sus películas.

Así que, a comer algo rápido a Isaba, con las migas frustradas aún en la cabeza, y ya de vuelta a casa, por el Valle del Roncal y el embalse de Yesa, carreteras que se disfrutan mucho también, y, para poner la guinda, los últimos 50/60 kms de vuelta a casa, por caminos, para que no se diga que todo ha sido asfalto :-D

miércoles, 22 de junio de 2011

Mis motos

Para abrir boca en este nuevo blog, voy a comentar las motos que he tenido a lo largo de mi vida, con fotos de las más recientes (no había cámaras digitales cuando tuve las primeras motos).

Aunque realmente no era mía, puedo decir que me inicié en el mundo de las motos con 11/12 años, en la Montesa Cota 25 de un amigo (algunos años más mayor que yo). Recuerdo que me caí varias veces, y siempre me quemaba, cuando iba de paquete, las piernas con el tubo de escape. Pero creo que la experiencia en esta moto despertó en mí las ganas.

Mi primera moto en propiedad fue un vespino, adquirido por muy poco dinero (y hecho polvo, todo hay que decirlo) a un amigo, y que me duró bastante poco.

A los 16 años, tuve una Honda MBX 80 de 2ª mano, que me dio muchísimas alegrías. Siendo tan joven y teniendo tanto tiempo libre como tenía, me dediqué a trucarla por todas partes, y la verdad es que andaba como un rayo, con el consiguiente peligro. Por aquel entonces no era obligatorio llevar casco en ciudad, y no había tantos controles de alcoholemia y demás, así que era "fácil" despendolarse. Dentro de lo que cabe, tuve suerte, ya que tuve un accidente bastante grave, en el que choqué contra un taxi en la calle Príncipe de Vergara, en Madrid, yendo yo a 100 y pico, cuando el taxista estaba dando un cambio de sentido ilegal. Si bien me considero bastante culpable del accidente, el caso es que lo mismo le pasó al taxista, que sin ningún problema pasó el parte a su seguro declarándose culpable. Esto me sirvió para que me arreglaran la moto y, lo más importante, para cogerle respeto (que no miedo), y desde entonces no he vuelto a hacer locuras en una moto.

Con 19/20 años, vendí la Honda, con la idea de comprarme la moto que siempre había querido (la Yamaha Special 250) pero, me fui de vacaciones a la playa con unos amigos y me gasté todo el dinero, así que empezó una época bastante larga sin moto, hasta que unos años después decidí volver a las 2 ruedas y adquirí una Honda XR 125:



Esta moto se me quedó corta enseguida, debido a sus límites de velocidad, ya que el ir a 80 por carretera, con camiones de alto tonelaje pasándote todo el rato, era un peligro, la verdad. Eso si, esta moto me ayudó a conocer el trail, que desde entonces no he abandonado.

3/4 meses después de comprarla, se la vendía al concesionario de Aprilia/Honda de Pamplona a cambio de una Aprilia Pegaso 650 Trail, mi primera moto de gran cilindrada.



Esta moto la he tenido 3 años, y cerca de 50.000 kms, y la verdad es que era una maravilla. Por carretera era una gozada, y por campo, aunque no era su punto fuerte, con unos neumáticos con tacos mejoraba bastante. Probablemente sería todavía mi moto si no me hubiera gustado cada día más y más el meterme por el campo, ya que con esta moto, en varias ocasiones, me metí en situaciones bastante escabrosas (barrizales enormes, traileras super complicadas, etc), así que a los 3 años me empezó a rondar la cabeza el comprarme una moto más campera. No sé qué dioses se pusieron de mi parte, pero conseguí los permisos pertinentes para comprarme una sin tener que vender la Pegaso, una moto que me permitiera hacer el cabra por el campo, sin más. Mi primera opción fue la Beta Alp 4.0, una moto con motor de sobra y lo suficientemente campera (por el peso y dimensiones) como para hacer el cabra, dentro de mis limitaciones. Pero por aquel entonces Derbi anunció un nuevo modelo, la Derbi Terra Adventure, una moto con los nuevos motores de 125 4T de Derbi y con una estética trail muy lograda. Pensando en convencer a mi novia (sin carnet de moto pero con más de 3 años del de coche) para que se metiera en el mundillo, fue la que decidí comprarme.



Una vez adquirida, decidí vender la Aprilia Pegaso, ya que había empezado a encariñarme con otra moto, la nueva Yamaha Teneré, que es como la Derbi Terra, pero en grande. Me costó un año vender la Aprilia (ay, esta crisis), pero una vez que lo hice, fui directo al concesionario Yamaha a por una.

Tras eso, después de cerca de un año con 2 motos, y visto el fracaso de mi intento por conseguir motorizar a mi novia, decidí vender la Derbi, no porque sea mala moto, ni mucho menos, sino porque no tiene mucho sentido tener 2 motos iguales (si, de distinta cilindrada, pero que uso para lo mismo) en el garaje, pagar 2 seguros, etc.



Creo que la Teneré va a ser mi moto muchísimos años más, ya que en ella encuentro la "moto perfecta" para mí: perfecta en campo y bastante bien en carretera. Pero ya se verá...